Pueblos y municipios de La Gomera

Alajeró al sur

El municipio más meridional de La Gomera está bañado por el sol casi todo el año, lo que sin duda lo convierte en un lugar muy atractivo para los amantes del mar. La belleza del sur es muy diferente a la del frondoso norte de la isla, pero no por ello menos fascinante. El pueblo de Alajeró está situado a 810 metros de altitud, junto al impresionante Barranco de Guarimiar y no muy lejos de los bosques de laurisilva. Por encima del pueblo está la pequeña Ermita de Nuestra Señora del Buen Paso, patrona histórica de la isla y protagonista cada año, a mediados de septiembre, de una de las procesiones más populares entre los gomeros. En una vaguada cercana se alza solitario y majestuoso el Drago de Agalán, que, con sus más de 400 años, es el ejemplar más antiguo de la isla.

La localidad de Playa de Santiago, en cambio, se halla justo al pie de una preciosa playa de aguas cristalinas y puede presumir de ser el lugar más soleado de toda la isla. Sobre la loma adyacente – y envuelto en un enorme y exuberante jardín subtropical, de un verde casi irreal en medio de los ocres del paisaje –, se extiende el único campo de golf de La Gomera, de 18 hoyos e internacionalmente aclamado. Los cerca de 1800 habitantes de Playa de Santiago se distribuyen en cuatro barrios. El núcleo principal, justo delante del mar, tiene varios comercios, un banco, la oficina de Correos, la farmacia y la plaza del pueblo. Los diferentes bares, cafeterías y restaurantes invitan a disfrutar y relajarse en el entrañable paseo marítimo.

También el pequeño aeropuerto, que conecta La Gomera con el resto de las islas, se encuentra en el municipio de Alajeró.

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Valle Gran Rey al suroeste

El que un día llegara a ser paraíso de los hippies al suroeste de La Gomera se ha convertido definitivamente en el destino turístico más desarrollado de la isla, aunque, por suerte, sin llegar a masificarse. Descubierto por el turismo mochilero allá por los años setenta, el majestuoso Valle Gran Rey aún conserva cierta infraestructura alternativa, como centros de meditación, bares y pubs, que conviven con una gran variedad de restaurantes. La sublime belleza del “Valle del Gran Rey”, con sus innumerables terrazas de cultivo y sus tupidos palmerales, sigue ejerciendo el mismo poder de atracción, por no hablar de sus bellas calas y playas de negra arena volcánica. Aquí, por cierto, nunca se interrumpe la temporada de baño.

Enclavados en la parte alta y media del valle, Los Granados y Lomo del Balo son caseríos originales que siguen estando poblados mayoritariamente por gomeros. En la parte baja, los apacibles barrios de Borbalán, El Guro y Casa de la Seda se hallan rodeados de fincas de plataneras y terrazas de cultivo. Algo más abajo, con sus estrechas callejuelas que trepan por la montaña, se erige el encantador barrio de La Calera: sin duda, un lugar a la vez céntrico y tranquilo. Los núcleos de La Playa, La Puntilla y Vueltas lindan directamente con las playas y el muelle, y cuentan con la mayoría de los bares y restaurantes.

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Agulo al norte

Agulo, el municipio más pequeño de La Gomera, cuenta con unos 1200 habitantes. El pueblo principal del mismo nombre, pintorescamente enclavado sobre un promontorio que se alza 260 metros sobre el nivel del mar, posee un casco urbano bien conservado que sin duda merece la pena visitar. Considerado el pueblo más bonito de La Gomera, son muchos los sobrenombres que destacan la belleza de Agulo: por sus plantas de refulgente verde recortadas contra el azul del mar y el cielo, los isleños dicen que es el “balcón verde” de la isla. Entre sus nobles edificios de estilo colonial, da la impresión de que el tiempo se ha detenido en este rincón del mundo. Como telón de fondo, una pared rocosa de 900 metros de altura por el oeste y unas privilegiadas vistas del Atlántico y Tenerife con su majestuoso Teide por el este. En esta exuberante hondonada, el núcleo central está formado por los barrios de La Montañeta, Las Casas y El Charco. Algo más abajo se encuentra el caserío de Lepe, al que con coche solo puede accederse desde la costa de Hermigua.

Recomendamos a todo el que visita La Gomera perderse al menos una vez por los callejones de Agulo y dejarse sorprender por los tesoros que esconde. El pueblo también tiene algunos restaurantes, bares y supermercados, una oficina de Correos, un banco con cajero y un pequeño centro de salud.

Justo por encima del propio Agulo, al borde o incluso dentro del Parque Nacional de Garajonay, se encuentran Las Rosas, La Palmita, Meriga y Cruz de Tierno. A 4 kilómetros de distancia se halla la Playa de Hermigua y la piscina seminatural de El Pescante, y a 8 kilómetros, la hermosa Playa de la Caleta. El entorno de Agulo es una de las zonas de senderismo más bonitas de la isla, con numerosos caminos de distintos grados de dificultad.

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Hermigua al noreste

En el noreste de La Gomera, a tan solo dos kilómetros al este de Agulo, se abre el amplio y verde valle de Hermigua. Las vistas, sobre todo desde la parte alta, son sobrecogedoras. Hermigua encierra un sinfín de sorpresas: la deliciosa piscina seminatural de El Pescante, la Playa de la Caleta, el antiguo almacén de plátanos frente a la costa, la espectacular cascada del riachuelo de El Cedro –al que la zona debe su abundancia de agua–, los Roques Gemelos – restos de una antigua chimenea volcánica – y, entre muchas otras cosas, dos interesantes museos. Y, sin embargo, su verdadero atractivo reside en la paz y la fascinante belleza de su paisaje. Hermigua sigue viviendo fundamentalmente de la agricultura, al tiempo que apuesta por un ecoturismo sostenible, por cuyos principios se rigen la mayoría de las casas rurales y apartamentos.

Si se asciende por el valle, se llega al idílico caserío de El Cedro, en el mismo límite del Parque Nacional de Garajonay. Y si se continúa en dirección este, la carretera atraviesa un impresionante túnel para aparecer en la vertiente de la capital, San Sebastián de la Gomera. En cualquier caso, su orientación y un alisio suave y generoso llevaron a que, hace años, un comité de meteorólogos internacionales declarara a Hermigua el pueblo con “el mejor clima del mundo”.

Hermigua tiene muchos bares y restaurantes, bancos y cajeros automáticos, centro de salud y farmacia, una oficina de información turística, panaderías y pequeñas tiendas de alimentación. Tanto la Casa de la Cultura como varios de los bares y restaurantes ofrecen wifi gratuita.

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San Sebastián de La Gomera al este

San Sebastián de La Gomera es, con sus cerca de 9000 habitantes, la única ciudad de la isla y, gracias a su puerto, la entrada de los ferris que llegan desde Tenerife y de yates y veleros venidos de todo el mundo. Se trata de una pequeña pero animada localidad con un ambiente muy agradable. El ajetreo se multiplica por dos en los días de mercadillo, en los que se venden artesanías y productos de La Gomera. Las hermosas plazas de la ciudad invitan a sentarse y descansar, y a encontrarse con los demás, como hacen todos los lugareños.

La “metrópolis insular” está cargada de historia: sin ir más lejos, desde aquí partió Cristóbal Colón un 6 de septiembre de 1492 en busca de las Indias. El primer bautismo americano se hizo con agua de La Gomera.

San Sebastián cuenta con el destacable Museo Arqueológico de La Gomera, así como con algunos edificios históricos interesantes que merece la pena acercarse a visitar. Aquí se encuentra todo lo que cabe esperar en una ciudad de este tamaño: bares, cafeterías, restaurantes, tiendas grandes y pequeñas, una oficina de información turística, así como una clínica dental y el hospital insular. En total, el municipio tiene 18 núcleos de población, pero la mayoría de los habitantes viven en “La Villa”, sobrenombre con el que los gomeros se refieren cariñosamente a la capital. El paisaje varía desde el verde noreste hasta el soleado sureste con sus maravillosas formaciones rocosas.

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Vallehermoso al noroeste

Si hay un lugar que hace honor a su nombre, es Vallehermoso. Su municipio, el segundo mayor de la isla, se extiende desde el litoral norte y noroeste hasta la localidad de La Dama, en la costa suroeste de la isla. Vallehermoso, con un turismo casi inexistente, es ideal para amantes del senderismo en busca de paz y viajeros con curiosidad por conocer la cultura local. Al fin y al cabo, la parte central del municipio se solapa con nada menos que un tercio del Parque Nacional de Garajonay. Los habitantes de sus pueblos siguen viviendo principalmente del cultivo del plátano y la viticultura. Tres embalses se encargan de garantizar el riego.

En la costa norte de Vallehermoso predomina un oleaje intenso, pero quien necesite darse un refrescante chapuzón durante los meses de verano siempre puede hacerlo –contemplando el mar– en la piscina de agua salada de la Playa de Vallehermoso. O acercarse a la solitaria y tranquila Playa de La Dama en el suroeste. Cada pueblo del municipio merece una visita, como el encantador Caserío de Epina, con su famoso manantial –los Chorros de Epina–, o El Cercado, conocido por su cerámica tradicional. Y los más aventureros pueden reservar un viaje en barco para admirar Los Órganos, una de las formaciones geológicas más emblemáticas e impresionantes de La Gomera.

El pueblo de Vallehermoso en sí enamora con su acogedor y coqueto casco. Todo el mundo se da cita en su plaza rodeada de palmeras, donde también están la mayoría de los bares, cafeterías, restaurantes, bancos y comercios, así como el ayuntamiento. Tan solo sentarse y contemplar el ajetreo es un verdadero placer.

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Alojera, aún más al noroeste impresiona por su paz y serenidad: si hay un lugar donde se borra todo rastro de estrés, es este. Enfrente se divisan las islas de La Palma y El Hierro.