Hernán Peraza desembarca en La Gomera en el año 1450, ocupando la desembocadura del valle conocido por los aborígenes como Ipalán. A la ciudad que fundó le dio el nombre de San Sebastián.
Situada en la costa este, San Sebastián de La Gomera sigue siendo hoy la capital de la isla y, con sus 9000 habitantes, su mayor población. Y, sin duda, es una ciudad rebosante de historia, en la que se vislumbran trazos del papel central que La Gomera desempeñó en el devenir de varios continentes: sin ir más lejos, San Sebastián fue el último lugar en el que recaló Cristóbal Colón en 1492 antes de poner rumbo a Las Indias y toparse con América.
El Museo Arqueológico de La Gomera se halla justo al lado de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XV. Tanto la Torre del Conde, plantada en el centro del parque homónimo, como el edificio de la Oficina de Información Turística suelen albergar exposiciones sencillas pero interesantes.
El muelle de San Sebastián es la auténtica puerta de entrada a La Gomera. Además de su puerto deportivo con capacidad para más de 300 amarres, los ferris que atracan en su dársena mayor conectan diariamente la isla con las vecinas Tenerife y La Palma.
San Sebastián de La Gomera tiene un gran número de acogedores bares y restaurantes, intercalados con muchas tiendas y boutiques. Aquí es posible respirar cierto “aire de ciudad”. Y, sin embargo, nuestra pequeña capital es una ciudad muy apacible: no hay rastro de estrés en sus hermosas calles peatonales ni en ninguna de sus dos playas. Que, por cierto, son ideales para el baño durante todo el año, pues están protegidas del oleaje, y en San Sebastián brilla el sol casi todos los días.
Te recomendamos que subas hasta el Parador de La Gomera y disfrutes de las fabulosas vistas sobre la ciudad desde los jardines de este histórico edificio. Y sin salir del municipio, también pueden hacerse excursiones interesantes: a La Reserva Natural Especial de Puntallana, con la pequeña Ermita de la Virgen de Guadalupe y el Parque Natural de Majona, así como a los pueblos de Chejelipes y La Laja, con sus respectivas presas.
Todo aquel que pase sus vacaciones en La Gomera debería reservar tiempo para visitar la pequeña e histórica capital de la isla. Aun cuando solo se trate de pasear y curiosear por sus tiendas, San Sebastián siempre merece la pena.